He perdido la motivación por el deporte
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Es difícil, si no imposible, mantener la motivación cuando no se sabe exactamente por qué se hacen las cosas. Esto se aplica al deporte, pero también al mundo empresarial, por ejemplo. Por eso, para entender sus motivaciones, le aconsejamos que las escriba.
Un estudio realizado entre corredores ha demostrado que ver los resultados de otros corredores, ya sea a través de una aplicación de fitness o en las plataformas de las redes sociales, estimula el deseo de mejorar el propio rendimiento.
La biblia de la preparación
No siempre se puede confiar en factores externos, como las vacaciones, para motivarse (el clásico cuerpo de verano). Definir el “por qué” del ejercicio le permitirá implicarse personal o emocionalmente en sus objetivos.
Admitámoslo, perder peso es un reto. Pero intentar reducir el número de kilos en la báscula es casi imposible si te rodeas de personas con malos hábitos alimenticios y de ejercicio. Para no desviarse del camino, interactúe con personas que tengan objetivos similares.
La mente del campeón: cómo
Aprobar los exámenes no es un objetivo SMART, porque ¿qué significa aprobar? ¿Tener la media? Tienes que definir mejor tu objetivo, por ejemplo: “quiero tener un 12/20 en historia”, porque sabes que puedes conseguirlo, que trabajas para ello y que, por otro lado, aspirar a más no es posible dado tu nivel y las exigencias del profesor.
Todo el mundo te dirá que una vez que hayas fijado tus objetivos, lo más difícil es empezar. Efectivamente, se necesita mucha fuerza de voluntad para huir de las mil tentaciones de hacer otra cosa que no sea estudiar (ver tu serie favorita, navegar por Internet, chatear en las redes sociales, etc.). No hace falta que te haga un dibujo
Finalmente, el último factor es la actividad física. En efecto, el deporte permite evacuar todas las preocupaciones, reducir el estrés y ponerse en forma para llevar a cabo nuevas acciones hacia su objetivo ¡manteniendo la motivación!